La isla de San Bartolomé, también llamada St. Barth o Saint Barthélemy, está situada en el mar Caribe, a 175 al norte del archipiélago de Guadalupe, y al igual que éstas, es un territorio de ultramar perteneciente a Francia.
San Bartolomé es una isla volcánica rodeada por arrecifes superficiales y es un destino popular para el turismo de lujo. Su altura máxima es el Monte Vitet, de 286 metros de altitud.
Datos estadísticos:
Superficie - 25 km²
Población - 8.595 habitantes (datos de 2008)
Densidad - 338 hab/km²
Capital - Gustavia (5.600 hab.)
Idioma oficial - Francés, aunque se utiliza el francés criollo.
Moneda - Euro
UN POCO DE HISTORIA
La isla de San Bartolomé fue
descubierta por Cristóbal Colón en su segundo viaje a las Américas. A pesar de
que los indios caribes la llamaban Ouanalao,
Cristóbal Colón le puso el nombre de su hermano, Bartolomé.
En 1623 llegaron a la isla los
primeros colonos europeos procedentes de Francia.
Entre 1651 y 1656 la isla fue
ocupada por los Caballeros de Malta, pero la abandonaron después de cinco años.
Entre 1785 y 1877 la isla fue
de dominio sueco y fue por ello que, en honor del rey Gustavo III de Suecia,
pusieron a la capital el nombre de Gustavia.
Todavía en muchas localidades de la isla se pueden ver tumbas suecas.
Los franceses recuperaron la
isla en 1877 mediante el pago de 80.000 francos.
En el año 2003, los habitantes
de San Bartolomé votaron para convertirse en un territorio independiente de
Guadalupe, junto a la parte francesa de San Martín.
CURIOSIDADES
El aeropuerto Gustavo III de
la isla de San Bartolomé cuenta con una minúscula pista de aterrizaje que
termina directamente en la playa, por lo que sólo pueden volar pequeñas
avionetas de no más de 20 pasajeros. Sólo existen vuelos a las islas cercanas de
San Martín, Puerto Rico, Anguila, San Cristóbal y Santa Lucía. A pesar de eso,
cuentan con su propia línea aérea, St.
Barth Commuter, con una flota de cinco aviones.
Aeropuerto Gustavo III
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En San Bartolomé no se han perdido las tradiciones a pesar de ser una isla moderna y con un turismo de lujo. En Corossol, donde habitan descendientes de los colonos franceses, las mujeres siguen utilizando los domingos sus vestidos de satén, bordados con lentejuelas y se colocan grandes cofias bretonas, llamadas "chiquenottes".
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Cuando visitè St.Bart no estaba tan poblada y su pista de aterrizate era mìnima en la que se podìa llegar con una avioneta y allì nos recibia un joven que cumplia las funciones de empleado de aerolinea, inmigraciòn y aduanas. Hoy observo en las fotos un hermoso aeropuerto, pero mi recuerdo de aquella época siga siendo hermoso. Me encantarìa regresar pero, no se si como jubilada jajaj podrìa hacerlo. Un abrazo y Felicidades!
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