Rodrigues es una isla del archipiélago de las Mascareñas, situada en el Océano índico, y perteneciente a Mauricio. La isla se encuentra a 650 kilómetros al norte de Mauricio y a 900 kilómetros de la isla Reunión.
La isla está rodeada por un arrecife de coral y apenas
tiene altura, siendo Monte Limón su pico más alto con 300 metros de altitud.
No toda la isla tiene aspecto tropical; hay zonas muy
secas debido a la mala calidad del terreno volcánico. En las áreas tropicales
abunda el banano, la piña tropical, la caña de azúcar, etc. En las zonas
intermedias crece el maíz y el pomelo.
En la isla Rodrigues, el inglés es el idioma
administrativo pero todo el mundo habla el criollo y un francés colorido y
cantante.
Datos estadísticos:
Superficie - 108
Km²
Población -
35.000 habitantes (datos de 1999)
Capital - Port
Mathurin (6.000 habitantes)
Moneda - Rupia
mauriciana (1 euro equivale aproximadamente a 27 rupias)
UN POCO DE HISTORIA
Antes de la llegada de los humanos, la isla estaba
completamente cubierta de bosque, pero tras la colonización se produjo una gran
desforestación y el ecosistema quedó gravemente dañado.
Rodrigues fue descubierta por el navegante portugués
Diogo Rodrigues en el siglo XVI, aunque las islas Mascareñas eran conocidas por
los navegantes árabes pues Rodrigues ya aparece en 1153 en un mapa realizado
por un geógrafo árabe andaluz.
La isla no fue habitada hasta 1691. La primera colonia de
la isla fue hecha por un grupo de 8 protestantes franceses. Dos años después,
aburridos de estar solos se marcharon a Maurice. La siguiente colonia no se
estableció hasta 1735 por orden de Francia con la instalación de un regimiento
que se dedicó a capturar miles de tortugas. No es hasta 1792 en que llegan a la
isla los verdaderos colonos.
Rodrigues perteneció a Francia hasta 1810 y
posteriormente fue colonia británica hasta la independencia de las IslasMauricio en 1968 fecha en que pasó a depender de ellas.
Desde el año 2002 en que accedió a la autonomía Rodrigues
se administra gracias a una Asamblea regional y a un consejo que se reune cada semana.
La flora y la fauna que en otro tiempo fueron de gran riqueza en la isla, han sufrido los ataques de la civilización. Muchas de las plantas y animales endémicos han desaparecido.
Uno de sus animales característicos y ahora en peligro de
extinción es el murciélago "roussette de Rodriguesson".
Las tortugas gigantes que poblaron la isla se
extinguieron en el siglo XVIII debido al exceso de capturas.
En el año 2005 se creó la reserva de tortugas François
Leguat ubicada en plena naturaleza y que cuenta con una sucesión de cavernas
subterráneas que recorren todo el subsuelo. Viven en ella 1100 tortugas de
Aldabra y tortugas estrelladas entre más de 130.000 arbustos y árboles
replantados para recrear la flora original de la isla.
François Leguat se estableció en la isla en 1691 y
recogió todas las impresiones de la isla en un libro. El centro lleva su nombre
por ser el primer hombre que describió la fauna de la isla.
EL ZORRO VOLADOR
El Zorro Volador de la isla Rodrigues es un murciélago
frutívoro relativamente pequeño, con una envergadura de alas de 90 cm y una
masa corporal de 350 gr. Tiene un pelaje denso, de coloración bastante
variable. Vive en bosques y es gregario, formando grandes colonias
constituidas de grupos de harem de un macho con hasta ocho hembras.
En los años 70, una serie de tormentas violentas
acaecidas en Rodrigues redujeron la población de murciélagos a casi 70 animales.
Estuvieron al borde de la extinción hasta que en 1976, cuando la Durrell
Wildlife Conservation Trust trajo un grupo selecto de animales al Zoo de Jersey
e inició un programa de cría. Los murciélagos en estado silvestre alcanzan
ahora los 1.200 ejemplares.
LITERATURA
El Premio Nobel de Literatura Jean-Marie Le Clézio
escribió en 1986 "Viaje a Rodrigues".
Le Clézio dijo de Rodrigues que a su llegada "quedó
totalmente seducido porque es un guijarro en medio del mar; se trata de un
islote desértico, sin playa, con los muros que caen en picado al mar. Es un
lugar infinitamente salvaje, no es un lugar hecho para el hombre".
Ahí, en ese universo volcánico y mineral, el autor
descubre correspondencias entre la topografía de la isla y las constelaciones y
adivina en esa coincidencia un componente místico.
Rodrigues, donde supuestamente se esconde el tesoro de un
corsario, guarda muchos otros secretos que retienen para siempre a sus
visitantes.
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