sábado, 18 de octubre de 2014

Floreana

                                                                                    Mapa de Floreana


Floreana está situada en el Océano Pacífico y es la sexta isla en extensión del archipiélago de las Islas Galápagos, pertenecientes a Ecuador.

Su máxima altitud es el Cerro Pajas con 640 metros.

Floreana es la más famosa de todas las islas Galápagos debido a sus leyendas. Uno de los misterios que no se han podido resolver es la muerte de varios de sus habitantes a principios del Siglo XX. Su zona agrícola es conocida por sus árboles frutales de ciruelos, tamarindo y, especialmente, cítricos. Estos fueron introducidos en la isla desde que Ecuador tomó posesión de la isla.



                                                                             Archipiélago de Galápagos



Datos estadísticos:

Superficie - 173 km²
Población - 200 habitantes (datos de 2008)
Densidad - 0,6 hab/km²






Flamencos rosados y tortugas marinas anidan en Floreana entre diciembre y mayo. Además, se pueden encontrar pingüinos de Galápagos.





                                                    Flamencos rosados en Punta Cormorán



                                                                                      Tortuga gigante


                                                      Anas Bahamensis galapagensis Linnaeus


                                                                                 Flamencos rosados




                                                                                             Iguanas


                                                                  Tortuga gigante



UN POCO DE HISTORIA

La isla Floreana es una de las islas más antiguas del archipiélago (1,5 millones de años). Fue llamada Floreana en honor a Juan José Flores, el Presidente que gobernaba en el momento que Ecuador tomó posesión del archipiélago. También se la conoce como la isla Santa María en honor a una de las carabelas de Colón.
La isla fue una de las primeras en ser habitadas de todo el archipiélago.
Cuentan que fue el alemán Rolf Wittmer el primer nativo de la isla después de que lo intentaran noruegos, americanos y otros alemanes.
Desde el siglo XVII, en la Bahía de Correos,  los balleneros y piratas que surcaban las aguas del Pacífico, usaban un barril a manera de oficina de correos para que las cartas pudieran ser recogidas y entregadas a sus destinatarios.
En 1819, la isla fue incendiada por un marinero de Nantucket que estaba en el buque ballenero Essex.
En 1835 Charles Darwin visitó la isla y encontró allí detalles para reforzar su teoría de la evolución de las especies.
Floreana fue la primera isla en ser colonizada por los ecuatorianos en 1832. Bajo la consigna del General José de Villamil, se tomó posesión del archipiélago en esta isla en nombre de la flamante República del Ecuador.
En 2013, Floreana se convierte en la primera isla de las Galápagos en contar con servicio de agua potable. El agua es tratada por una moderna planta ubicada en la parte más alta de la isla.



                                                                                 Cueva de los piratas



LUGARES DE INTERÉS

- Bahía de Correo o Post Office Bay, lugar donde se halla el buzón establecido en 1793 por James Colnett (1753-1806), oficial de la British Royal Navy, explorador y comerciante de pieles. Los balleneros y residentes de Galápagos lo usa para dejar su correo dentro de él. Los barcos que partían dejaban sus cartas y barcos que regresaban a casa las recogían y las mandaban por correo a sus destinatarios.

- Punta Cormorant, donde existe una playa cristalina donde se pueden recoger pequeños cristales de olivina. Ofrece otras playas de arenas de diferentes colores y una de las lagunas de flamencos más grande de las islas Galápagos. Tiene una formación volcánica y cuenta con cráteres que alojan arrecifes.

- Bahía de los Tiburones, lugar donde desovan las tortugas.

- Bahía de las Cuevas, lugar donde cuenta la tradición se alojaban los piratas.






Dore Strauch, una profesora de instituto que sueña con una vida más emocionante que se matrimonio con el director del centro que le dobla la edad, y el doctor Friedrich Ritter, un dentista berlinés de frente arrugada y las pupilas brillantes que desea cartografiar el cerebro humano y que siente que la civilización no tiene nada nuevo que ofrecerle. En 1929 ambos abandonan a sus respectivos cónyuges para escapar a Floreana, un lugar sin estado, donde sólo gobierna la ley de la necesidad.
El escenario de la trama: una isla solitaria que nunca llegó a ser colonizada. Aquí, en el cráter verdoso de un volcán extinto, Friedrich y Dore establecieron su hogar: la granja Frido, una cabaña de chapa y acero inoxidable, y empezaron a cultivar esta tierra prometida, sin pensar en el pasado ni el futuro.
Su vestuario se reduce a unos harapos de ermitaño que sólo utilizan cuando reciben visitas; al principio sólo iban a Floreana curiosos que querían rellenar páginas de periódicos con la Historia de Adán y Eva en las Galápagos, pero pronto comienzan a llegar muchos imitadores. Apenas puedo creer que llegaran tantos visitantes a este lugar tan remoto e inaccesible, anota Ritter en su diario.
En 1932 un nuevo personaje aparece en este teatro al aire libre: la austriaca Eloise Wagner de Bousquet, baronesa autoproclamada, una vividora de dientes grandes y pestañas oscuras, impulsada por la firme intención de construir un hotel de lujo para millonarios en la isla. Entre sus pertenencias se incluyen vacas, patos y pollos, ochenta quintales de cemento y dos amantes: Lorenz, un joven flaco y esmirriado, de cabello rubio como el trigo, y Philippson, un tipo atlético, fuerte y musculoso. Ambos son esclavos de los deseos y caprichos de la baronesa, quien disfruta jugando a ser emperatriz, tiranizando a los dos hombres y dando órdenes a golpes de látigo y pistola. Le gustaba atormentar al pobre Lorenz y herir a los animales, para volver a curarlos después. El hotel, que se iba a llamar Hacienda Paraíso, nunca llegó a ser construido, se quedó en una lona aislante extendida sobre cuatro estacas, bajo la que dormían los tres.
La comedia acabó siendo un melodrama policiaco: en 1934 la baronesa y Philippson desaparecieron sin dejar rastro; el esqueleto de Lorenz fue encontrado en la playa de una isla cercana y el doctor Ritter murió por una intoxicación alimentaria. Sólo Dore regresó a Berlín y los periódicos de todo el mundo especularon durante mucho tiempo sobre el affaire de las Galápagos. A día de hoy aún no se sabe quién fue el asesino. (Atlas de Islas Remotas, de Judith Schalansky).



                                                                         Muelle en Puerto Velasco Ibarra


                                                                Puerto Velasco Ibarra



                                                                                     Puerto Cormorán



No hay comentarios:

Publicar un comentario